4 de agosto de 2008

Tres deseos de un trago


El genio de la botella me da las gracias por dejarle descansar enviando mis tres deseos a otra parte.

He colocado uno entre la espada y la pared, y ahí estará hasta que la espada se rompa o la pared se derrumbe, o bien hasta que el propio deseo acabe confesando su significado. A otro he logrado encajarlo entre dos libros de la estantería; ahora se siente seguro a la orilla de Kafka, pero le desalienta tener que dar cuerda al mundo después; él no es ningún pájaro, sólo el deseo de encontrar las palabras siempre. Y el tercer deseo quiere que vayamos a la cocina; es un deseo sibarita que gusta de entretenerse con especialidades; es el mismo que suele venir a hacerme cosquillas en los pies cuando estoy dudando sobre qué dirección tomar.

El genio contempla el tráfico de deseos desde dentro de su botella y no puede evitar reírse. Sólo soy parte de un teatrillo infantil.

Yo también acabo riéndome; al fin y al cabo, él sólo es un pequeño genio inventado, tan pequeño que cabe en una botella.

Foto: http://zarandeo.blogspot.com/

5 comentarios:

38 grados dijo...

A mi es que los peque�os deseos son los que me hacen m�s feliz.
Lo emocionante de esta vida es que se acaben cumpliendo.

Un besote.

el_Vania dijo...

El genio debe de flipar con esa foto...
Lo peor es quedarse vacío una vez cumplidos los deseos...
Salud/OS!

SAL dijo...

Yo opino como 38 grados, y para los pequeños deseos no hacen falta genios, el problema son los grandes deseos, una vez me encontré un genio y como no sabía qué pedirle, lo puse provisionalmente en una lata de sardinas en aceite que había cenado la noche anterior, luego decidí no pedirle nada... que hay veces que los genios son muy joputas y te hasta hacen realidad cosas que no puedes controlar.
Besos luciérnaga.
Sal

arrebatos dijo...

"el deseo de encontrar las palabras siempre" es mi eterno, constante e inalcanzable deseo.
Aunque poder tocar el piano mientras una mujer desnuda (no hace falta que sea la Pfeiffer) me pasa las páginas de la partitura no me costaría nada desearlo.

sabelilla dijo...

38 grados, a mí me hacen feliz todos los deseos que se cumplen, grandes y pequeños, y los que no llegan a cumplirse al menos me hacen ilusión.
Un bes-ete

Vania, sí, flipó, no había más que verle la cara.
En cuanto a lo de quedarse vacío, yo creo que siempre estamos deseando algo.
Saludos!

Dark, entonces no son genios, son lo que tú has dicho, además de unos mamones!!
Un beso!

arrebatos, a mí me parece que a veces encuentras las palabras bastante bien.
En cuanto a tu deseo erótico-musical, no sé qué deseo te dejaría más satisfecho: si tu deseo de saber tocar el piano, o el de que una mujer desnuda te facilite la tarea de leer la música. Ahora bien, otra cosa es que ya sepas tocar el piano, piensa que entonces sólo falta la mitad para que se cumpla... No parece tan difícil, no? jaja!