23 de febrero de 2010

Reloj de agua

Son las cuatro en mi reloj de agua

y el agua es a la vez Tiempo y Nada.

El Tiempo es azul

y Nada es nada.

Es tan simple que parece sencillo

llenar los minutos y las horas,

llenarlos de agua y dejar

que nada los toque.

Bizcocho de Febrero

Mediodía huele a naranja en tu cocina,

es la luz con canela en el horno

y el tacto dorado de tus dedos repartiendo azúcar.

Abres la mano para liberar tu olor de avellanas

y es tu lengua lo más crujiente de todo.

No se me ocurre un color más tostado

que el de la miel de tus ojos-almendra

mientras cantas en la cocina.

Y yo vuelvo a sentirme niña

adicta a las tardes y a las meriendas,

al chocolate caliente y a los besos templados,

y vuelven tus manos a trabajar la masa,

y a mí me parece que me acaricias por dentro

y que después me abrazas.



Revelación

Alineación a la derecha Fotografía: Jelena Lappo


Todo es fruto tuyo,
todo cuanto miras,
lo que ves y lo que no ves.
Todo se recoge y se condensa
en la niebla de tu espejo cuando te bañas.
A un lado las olas de tu cuerpo,
al otro el acantilado de tu boca,
en medio las palabras náufragas
como aquellos violines del Cantábrico
que me hicieron temblar una vez.
Sentir que todo es tuyo
sin levantar la vista,
sin ni siquiera abrir los ojos,
eso lo explica todo,
todos los libros se escriben aquí,
en tu bañera,
frente al espejo.