Es la mañana la que se derrama por el borde de la copa, besos de uva y lágrimas de vidrio, Azul, ¿dónde estás? ¿por qué sólo veo caballitos rojos escapándose, corazones negros y ovejas en un círculo? Quiero el agua que lo funde todo, y escapar con el agua que lo funde todo, y mojarme con el agua que lo funde todo, y beberme el agua que todo lo funde. ¿Dónde estás, Azul? -turquesa en unos ojos, donde el horizonte no traza líneas ni hay camino que seguir- Es la mañana la que te devuelve a casa persiguiendo caballitos rojos en el borde de una copa.